El poeta y filósofo martinico Édouard Glissant recurre a la poesía, aunque no para lamentarse por un origen perdido, sino con la intención de descifrar los tiempos contemporáneos: la mundialidad no es el Nuevo mundo del conocimiento y de la conquista sino, por el contrario, implica aceptar lo imprevisible, lo opaco y lo tembloroso que suponen las relaciones de nuestras múltiples universalidades.

La filosofía debe asumir verdades cambiantes y múltiples y sacrificar su obsesión por la unidad. En este precioso libro-poema, Filosofía de la relación, Glissant forja cantidad de nociones destinadas a alterar nuestras visiones de las identidades, de los espacios y de la política. Su filosofía de la relación, es un pensamiento del lugar y del devenir, un pensamiento maravillosamente clarividente sobre las transformaciones que ocurren en nuestro presente y también una invitación para cambiar la “medida” del mundo.