• como mujer kichwa
• como psicoterapeuta acompañante de mujeres kichwas (y no kichwas) en la autonomía propia,
• como docente intercultural creyente de la formación de pensamiento crítico desde lo que somos,
• como kichwa, poseedora del conocimiento ancestral propio de nuestras abuelas y abuelos,

Con estas razones quiero plasmar mediante el lenguaje suave del kichwa, su ternura, su belleza, su sentido sagrado presente con los sonidos de la naturaleza, todo lo que concierne al ser femenino. Desde este sentido sutil y tierno quiero permitirme salir y cuestionar la fuerza insurgente del kichwa, aquellos roles binarios occidentales y fijos del «ser mujer» establecidos por la colonia, una denuncia por las que se fueron, por las que siguen en violencia. También quiero encantar con los sentidos energéticos de lo femenino y masculino andino, con matices propios y sabios.
Es decir, en la obra se realza lo femenino entendido con una capacidad de firmeza, fluidez, energía y poder con un vínculo profundo hacia el ser.