Städtebau als Kreuzzug Francos
De la dictadura franquista reina la impresión de un régimen conservador o francamente reaccionario, que rechazaba todo lo moderno y cuya propaganda política era tosca y beata hasta el ridículo.
Estudiando el urbanismo del Primer Franquismo (1938 a 1959), un grupo de investigación radicado en Berlín y Weimar ha reconstruido una visión mucho más diferenciada. El franquismo supo utilizar el urbanismo para transformar no solamente Madrid y Barcelona, sino también llegar hasta los mas recónditos parajes, fundando poblados modernos y reconstruyendo ciudades de alto valor simbólico como Gernika. La obra urbanística del Primer Franquismo demuestra cómo la dictadura instaurada por medio de una cruenta guerra civil – con la ayuda de tropas de la Alemania nazi y de la Italia fascista – supo emplear avances culturales del siglo XX como una creación propia, utilizando el urbanismo tanto para excluir y reprimir como para integrar a capas selectas. Grandes arquitectos entregaron su talento perfeccionando los mecanismos ideológicos de la dictadura.
No existe ni en castellano ni en otro idioma una monografía comparable.
Max Welch Guerra, originario de Valparaíso, Chile, llegó en 1974 a Alemania como refugiado político. Es catedrático en la Universidad Bauhaus de Weimar y director de las carreras de Urbanistik. Se ha especializado en la congruencia entre espacio, diseño y política. Junto a Harald Bodenschatz, dirigió el proyecto de investigación del cual surgió el tomo que presentamos.
Piero Sassi, originario de la Emilia-Romagna, Italia, enseña e investiga como Wissensschaftlicher Mitarbeiter en la Cátedra de Planificación e Investigación Urbanas de la Universidad Bauhaus de Weimar. Actualmente finaliza su tesis de doctorado sobre el urbanismo bajo Franco. Es el autor principal del tomo que presentaremos.