En este libro de poemas estamos ante un misterio que nos sobrepasa: sustancias físicas y digitales son transformadas por los hongos o el ruido. Vemos esquinas de notarías y puentes peatonales donde la cotidianidad crece como una planta regada con el agua del tiempo. Las palabras nos llevan a espacios inquietantes donde se trazan límites sobre las cosas. También nos invitan a reconocer los vínculos frágiles que formamos en las filas, los semáforos en rojo y otros lugares poblados por destellos de belleza y arbitrariedad.